Ingredientes
- 200 g de remolacha cruda (más o menos 1 remolacha)
- zumo de un limón
- 2 cucharadas vinagre
- 125 g de nata fresca (crème fraîche. Puede sustituirse por yogur griego sin azucarar)
- 125 g de mantequilla, a temperatura ambiente
- >200 g azúcar
- 2 huevos medianos
- 1 cucharada de extracto de vainilla
- 250 g de harina
- 1 cucharada de cacao puro en polvo natural (por ejemplo, Hershey)
- 2 cucharaditas rasas de levadura química
- 125 g de mantequilla, a temperatura ambiente
- 250 g de queso crema, tipo Philadelphia
- 200 g de azúcar glass
- 80 g de coco rallado
- 1 clara de huevo
- 50 g de azúcar
- pizca de sal
- 25 g de chocolate para fundir
- 1 cucharadita de cacao puro en polvo
Para el bizcocho:
Para la cobertura de queso:
Para la decoración de las minitartas:
Preparación
- Vamos a comenzar preparando el bizcocho de remolacha. Para ello, precalentamos el horno a 150 ºC
- Preparamos 4 moldes iguales de 10 cm, o dos moldes de 18 cm engrasándolos con mantequilla, y enharinándolos ligeramente
- Pelamos, troceamos, y trituramos la remolacha. Cuando esté en trocitos muy pequeños, agregamos el zumo de limón y el vinagre, para preparar un puré de remolacha lo más fino posible. Agregamos la nata fresca, y batimos hasta obtener una mezcla más o menos homogénea
- En un bol amplio, con un batidor de varillas o con una cuchara, mezclamos bien la mantequilla con el azúcar, hasta obtener una mezcla homogénea y cremosa
- Añadimos los huevos de uno en uno, sin agregar el siguiente hasta que el anterior esté perfectamente integrado
- Añadimos la mezcla de remolacha y nata, y la vainilla. La masa puede tener una cierta apariencia “cortada” pero es normal
- Agregamos la harina, el cacao y la levadura química y mezclamos con una espátula o cuchara, hasta que estén todos los ingrediente bien integrados
- Vertemos la mezcla en los cuatro moldes que hemos preparado, distribuyéndola uniformemente
- Horneamos 20-25 minutos a 150º C
- Sacamos del horno, y esperamos unos minutos antes de desmoldar
- Nivelamos los bizcochos para que todas las capas sean del mismo tamaño y reservamos. Si disponemos de una lira, facilita bastante la tarea, si no tendremos que hacerlo con un cuchillo, procurando que nos queden rectas todas las capas (los bizcochos se cortan mejor si están asentados, es decir, si los hemos preparado el día anterior)
- A continuación, comenzamos a preparar la crema de queso que cubrirá nuestras tartas. Para ello, en otro bol amplio, vamos batiendo la mantequilla con el queso y el azúcar a máxima velocidad, hasta que obtengamos una masa esponjosa, blanquecina, y homogénea (unos 5 minutos)
- Procedemos a rellenar y decorar la tarta
- En el plato donde vayamos a servir, colocaremos el primer bizcocho, el menos perfecto de los que hayamos hecho, encima de algunos recortes de papel de hornear, para que no se manche y podamos retirarlos después con facilidad
- Colocamos sobre esta capa de bizcocho un par de cucharadas de la crema de queso, y con una espátula la distribuimos uniformemente, no pasa nada porque se salga por los lados.
- Ponemos otra capa de bizcocho encima, presionando ligeramente, y asegurándonos de que está bien alineado con el bizcocho inferior
- Arriba colocamos siempre el bizcocho que nos haya quedado más perfecto, con la parte de abajo hacia arriba (siempre es la más bonita). Repetimos con la otra minitarta.
- Cubrimos nuestras mini tartas
con una capa de crema de queso, no es necesario que quede muy perfecto ya que luego irá recubierto de coco rallado. La cobertura de la tarta se hace con una espátula, humedeciéndola de cada vez para que el acabado sea perfecto - Dejamos las minitartas 15 minutos en el congelador, para que se solidifique un poco la crema de queso
- Sacamos del congelador las minitartas, cogemos un puñado de coco rallado con la mano, y con cuidado vamos presionándolo sobre los laterales, hasta cubrirlos totalmente. Espolvoreamos un poco más de coco rallado sobre la parte superior de las minitartas, y reservamos en el frigorífico.
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